Dentón: Espárido depredador que se alimenta de cefalópodos o peces. Vive cerca del
fondo, entre 10 a 70 metros de profundidad. Fondos rocosos con mucha vida de peces
medianos. Normalmente sólo come presa viva o en movimiento. Como cebo usaremos
calamar fresco o vivo, sepia viva o fresca y cualquier tipo de señuelo de pez que
navegue emitiendo vibraciones.
Su picada es explosiva y luchará hasta llegar a la superficie. Suelen ir en grupo, por lo que
deberemos insistir con nuestro profundizador por la zona para obtener repetidas picadas.
Pez limón o Serviola: Potente depredador que habita multitud de fondos en nuestras
costas. Suele gustar de fondos con grandes desniveles. Es rápido y se lanza contra sus
presas, que pueden ser cardúmenes de jureles, bogas o caballas. Se le puede tentar con
cefalópodos o señuelos artificiales. Nadan despegados del fondo y en veriles, por lo que
no hará falta descender nuestro profundizador hasta el fondo.
Pez de San Pedro o Gallo: Bonito pez que habita los fondos rocosos a partir de 30 metros
de profundidad. Es un pez de movimientos lentos que utiliza el camuflaje de sus aletas
para ingerir a sus presas con un rápido movimiento de succión de su enorme boca. Para
capturarlo deberemos navegar entre 1,5 y 2 nudos de velocidad.
Mero: Serránido de mucha fuerza que suele vivir en zonas muy concretas, Es territorial. se
esconde en agujeros del fondo rocoso, pero cuando nada por encima del roquedo
puede ser presa de nuestro profundizador. Al igual que otros depredadores, lo
tentaremos con cefalópodos o señuelos artificiales.
Pez espada: Aunque suene extraño, también es posible capturarlos. En primavera se
acerca a la costa y no es raro encontrarlos en fondos de 60 a 80 metros. Con nuestro
curricán de fondo y cebos frescos o vivos podemos conseguir que piquen. Si lo
conseguimos, será un recuerdo inolvidable que explicaremos durante años a nuestros
compañeros de pesca.